Abrazar la vulnerabilidad

Abrazar la vulnerabilidad
Cuando yo era chica era una niñita nerviosa y tartamuda. Todo hacía que se apretara la guata, sobre todo en el colegio. Era tranquila y tenía buenas notas, pero le tenía pánico a la inspectora, y ni mencionar, a la directora del colegio. La vida escolar y social me ponía tan nerviosa que a los 7 u 8 años, mi pediatra me diagnosticó colon irritable.
¿Qué pasó en el camino para que esta niñita nerviosa y tartamuda pudiera salir de ahí? La verdad es que muchas cosas! Entre ellas el esfuerzo que puso mi mamá para que me atreviera a salir de mi zona de confort y pudiera enfrentarme al mundo: clases de modelaje, de flamenco, de teatro y un largo etc. Y no es que mi mamá quisiera que yo fuera modelo, sino que ella quería que pudiera caminar con la frente en alto (y ojalá la espalda derecha) y mirar con confianza a quienes estaban al frente. Nunca fui buena desfilando, así como nunca logré ser muy coordinada bailando y tampoco pude aprenderme los largos parlamentos que una actriz debe memorizar, pero eso no importaba. Estábamos trabajando para mejorar la confianza en mí misma.
Cuando, a esa misma edad, aprendí a tejer, me quedaba todo feo. Tejía disparejo y apretado, me quedaban hoyos y no me gustaba el resultado final. Traté por años y nada mejoraba. Todo cambió cuando la Chichi, mi abuela, me volvió a enseñó a tejer, de otra manera, a mis 17. Eso significo horas, días y semanas practicando hasta que me resultó. Un sweater completo que cada día que lo tomaba, me hacía dudar con qué mano debía tomar la hebra. Un sweater rojo de lana peludita que quedó maravilloso, y que fue el inicio de lo que soy hoy como tejedora.
Lograr vivir sin que todo te dé nervio o miedo, hasta el punto de enfermarte, es un proceso. Un proceso que puede tomar más o menos tiempo, dependiendo de cada persona. Y es un proceso que nos hace enfrentarnos a algo muy difícil: nuestra vulnerabilidad. Y digo que es difícil porque generalmente, lo que le mostramos al mundo no es eso. No mostramos nuestras luchas internas, sino que mostramos el resultado final. Y muchas veces lo decimos siempre y cuando, nos parezca “lo menos imperfecto posible”. Y esto lo hacemos en todo ámbito: generalmente hablamos bien de nuestros trabajos actuales hasta que logramos cambiarnos y ahí contamos todo lo que nos hacía estar incómodas.  Mostramos los logros de nuestros hijos con mucho orgullo, pero pocas veces revelamos lo difícil que fue el proceso para que pudieran conseguirlos. Y lo mismo pasa con el tejido, dejamos ver sólo aquellos que nos quedaron tal y como nos gustan y los que están feos-chuecos-disparejos-descombinados y nos hacen sentir vulnerables, los dejamos guardados, sin terminar y no se los mostramos a nadie.
Y es que, como explica la escritora norteamericana Brene Brown, la vulnerabilidad tiene mucho que ver con nuestra lucha por sentirnos suficientemente buenas, en todo ámbito de cosas. Y es difícil porque eso significa que tenemos que ser valientes en enfrentar nuestras imperfecciones y mostrárselas al mundo. Ella cuenta que esta conexión con nuestra autenticidad tiene que ver con dejar ir lo que “creemos que debemos ser” y permitirnos ser quienes somos realmente. ¿De qué nos sirve eso? Eso nos libera, nos permite ser más creativas, más felices… porque aquello que nos hace ser vulnerables es también lo que nos hace ser increíbles.
Hay muchas cosas que me siguen dando miedo. Renunciar a un trabajo estable. Cambiarme de casa. Ver a mis hijas crecer y hacerse independientes. No es que mi vida sea hoy “sin miedo”, es que la vivo a pesar de él. Y la ansiedad que me genera la controlo tejiendo. Y caminando. Y tomando fotos. Y conversando con mis amigas.
Mi vida no es perfecta y no quiero hacer parecer que lo es. Quiero intentar aceptar esas cosas que me hacen vulnerable y permitirme ser yo misma y mantener mi esencia. Y la invitación que quiero hacerles hoy, eses a tratar de empatizar con nosotras mismas y abrazar eso que nos hace vulnerables y únicas. Ya sea en nuestra vida personal, laboral e incluso en nuestros tejidos.
No ser tan estrictas con nosotras mismas porque lo que hacemos no es perfecto. Porque la perfección no existe. Porque en esa imperfección y vulnerabilidad, está la belleza de quienes somos realmente.
Les mando un abrazo grande,
Jandi

2 Respuestas

upseday
upseday

junio 04, 2023

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Unjuddy
Unjuddy

abril 04, 2023

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