Vivir un día a la vez

Este 2022 empezó lleno de proyectos nuevos. Ya les he contado antes acerca del libro que estoy escribiendo y que me tiene súper emocionada. Pero además, he estado en otro proyecto que me tiene ocupada y emocionada: me cambio de casa!! Cuándo? No sé exactamente, pero luego! Así que ahora que ya pasé la etapa de los mil papeleos estoy esperando ansiosa el momento en que podamos empezar a vivir en nuestra nueva casa, llena de luz, plantas y… lanas!

Pero esta semana, además del libro y el cambio de casa… se me juntó todo, porque volvió la “rutina”. Esa que quedó en compás de espera con la pandemia y que lentamente hemos ido retomando. Volvieron las mil y una cosas que hay que hacer cuando llega marzo: colegio, útiles escolares, idas al dentista, doctor, reuniones, sumado a un carnet de manejar vencido y un eterno etcétera que resume la vorágine de la vida misma. Todo esto sumado a que el contexto mundial no ayuda, porque siento por un lado quiero saber todo lo que pasa, pero por otro quiero taparme los oídos para no escuchar.

Al mismo tiempo he buscado formas de que esta sensación de tener mil cosas que hacer y mil ideas en la cabeza no me deje abrumada. Así, me enfoco en vivir un día a la vez, sin tratar de abarcar todo y tratando de disfrutar y de vivir consciente cada día. En ningún caso es fácil, pero creo que vale la pena intentarlo. Esas mini-cositas que me permiten andar un poco más liviana y tranquila. Lo primero? Sin duda el tejido! Es mi refugio, mi conexión con la creatividad y donde puedo pensar tranquilamente, mientras el “mantra” del tejido me ayuda a bajar las revoluciones. Otra cosa que me ayuda mucho es hacer listas, porque me permiten poner en papel todo lo que tengo en mi cabeza. Una vez que está ahí me organizo, veo que es abarcable y, sin duda, un placer máximo es ir tachando las cosas de esa lista.

¿Qué otras cosas me permiten protegerme? Cuidarme a mí misma, que para mí se resume en tratar de comer y dormir bien y salir a caminar todos los días, esto me despeja y me ayuda mucho. Además, busco enfocarme en las cosas que sí puedo controlar y aunque no me puedo abstraer totalmente, intentar poner mis energías en aquellas cosas que sí están en mi alcance. Y qué cosas puedo controlar? Hoy estoy tratando de buscar dónde poder ayudar, dónde poner un granito de arena chiquitito que ayude a alguien. Porque el acto de ser solidarios ayuda al resto, pero también nos ayuda a nosotros, a ser más agradecidos y a entregarnos a otros. Y es en esta búsqueda que encontré algunas iniciativas que me encantaron porque buscan, a través del tejido, ayudar a los demás. La primera se llama Abrigar la Esperanza (@abrigarlaesperanza) que busca entregar ropa tejida para fundaciones de niños y abuelitos. La segunda es de la Fundación Down Up (@fundaciondownup) que están recolectando chalequitos tejidos para guagüitas entre 6 y 24 meses. Sin duda creo que tratar de ayudar a estas iniciativas (y a otras tantas!) nos permite a vivir un día a la vez, con un propósito que va más allá de lo que nos pasa en nuestras vidas.

La invitación esta semana es a cuidarse y a tratar de vivir un día a la vez. Este martes 8, que es el Día de la Mujer, acordarse de que no podemos hacerlo todo y que está bien parar, tratar de priorizar y de priorizarnos. Y también que en ese camino siempre es bueno intentar ayudar a otros. Y por eso también las dejo invitadas a que compartan por acá otras iniciativas que les parece que podrían interesar a otras mujeres de esta comunidad, para que vayamos ayudándonos y acompañándonos entre todas.

Les mando un gran abrazo,

Jandi